"Nunca vas a ser tan joven como hoy"
Amor propio

«Nunca vas a ser tan joven como hoy»

Hoy es el día más joven del resto de tu vida, deja de compararte, valórate como estas y mejora desde el amor, no desde el rechazo…

Hace unos meses encontré una foto mía del 2019. La primera reacción fue clásica: “¡Mira la piel! ¡La cintura! ¡La energía!”.

Y de golpe me acordé: ese día yo me odiaba. Tenía una espinilla, me veía “hinchada”, sentía que el jean “me apretaba”. Ese día me comparé con otra mujer en Instagram que ni conozco, y se me arruinó el humor.

Ahí me cayó la bomba: en 2019 yo ya era “mi yo ideal” del 2025, Pero no lo supe ver por estar peleada conmigo misma, con mis inseguridades y complejos…

Me prometí algo: no vuelvo a regalarle mi presente a una comparación.

Hoy es el día más joven que voy a tener jamás.

Hoy me toca elegir: ¿me sigo regañando o me abrazo mientras crezco?

Es curioso

pero siempre estamos insatisfechos con algo de nosotros, hoy son esos kilos de más, mañana será esa arruga,

pasado quizás la piel cansada o las ojeras y mientras tanto en ese sin fin de quejas se nos escapa el presente, se nos escapa la vida …

La realidad es que jamás serás tan joven como lo eres ahora y en vez de vivir quejándote por tu apariencia, puedes empezar a agradecer, a disfrutar, a valorarte, mientras trabajas en lo que quieres mejorar de ti.

Lo que hoy críticas de ti, mañana lo vas a extrañar

Hace unos años quizás te quejabas de tu cuerpo, de tu peso, de tu apariencia, hoy ves esas fotos de ese tiempo y lo más probable es que pienses: «En realidad me veía increíble, pero no lo veía »

¿Por qué? , porque seguramente estabas más ocupada comparándote o criticándote que disfrutando quien eras,

Ese es el gran error, nunca apreciamos el hoy hasta que ya es pasado.

La comparación constante te roba tu paz, las redes sociales, los estereotipos de belleza, los comentarios de los demás … todo suma para que vivas creyendo que no eres suficiente,

pero ¿sabes que ?

Nadie es perfecto, ni siquiera esas personas que ves a través de una pantalla y parecen «ideales» y sacados de una revista,

si pasas tu vida comparándote, vas a perder la oportunidad de amarte como eres ahora mismo y a través del tiempo vendrán las lamentaciones …

La guerra silenciosa con el espejo (y con la cámara frontal)

Si estás leyendo esto, probablemente te has dicho alguna de estas frases:

  • “Estoy más gordo/a que antes, me veo fatal”.
  • “Estoy muy flaco/a, cero forma”.
  • “Otra arruga… genial, gracias vida”.
  • “Tengo ojeras, me veo cansado/a, nada me queda bien”.

Y como guinda de la torta, abres redes sociales y te bombardean rostros perfectos y cuerpos supuestamente «reales» que se ven como si hubiesen nacido con soft light y filtro de estudio.

Entonces te comparas. Te regañas. Te prometes “arreglarte” desde el lunes (ese lunes mítico que todos conocemos). Y empiezas a vivir esperando el futuro: cuando baje 5 kilos, cuando marque abdomen, cuando me haga ese tratamiento, cuando, cuando, cuando…

El problema no es querer cambios, el problema es desde dónde los buscamos.

Si te odias ahora, ni 10 kilos menos te van a dar paz. La paz llega cuando aprendes a valorarte hoy, mientras avanzas hacia la versión que sueñas, pero desde el amor, no desde el castigo.

Tu cuerpo merece amor, no rechazo

Ese cuerpo que criticas todos los dias es el mismo que te sostiene , que te levanta , que respira por ti , que te permite abrazar , caminar , reir ,

No merece ser criticado constantemente , si hace tanto por ti cada dia desde que te levantas , no merece odio , merece que lo cuides , y el cambio verdadero no nace desde el rechazo , nace desde el amor .

La frase que me movió el piso

Un día, después de una buena lloradita (porque también se llora, amigos), me dije en voz alta frente al espejo: “Nunca voy a estar más joven que hoy”,

Me cayó como baldazo de realidad, ese pensamiento no me apuró, me liberó, si el tiempo sigue corriendo, ¿por qué seguir posponiendo mi vida hasta que mi cuerpo cumpla una lista de requisitos imposibles?

¿Por qué desperdiciar mi juventud —la de hoy— en pelearme con mi cara, mis piernas, mi piel?

Y entonces entendí esto: mi cuerpo no es un proyecto atrasado, es mi casa, mi refugio.

Mi cara no está “fallada”, está llena de historia, mis ojeras muchas veces son el precio de haberme quedado hasta tarde haciendo algo que amo, o acompañando a alguien que necesitaba que lo escucharan.

Mis líneas de expresión son ríos de risa, de llanto, de vida. Y con eso no te digo “resígnate”, te digo: ámate mientras cambias.

Historia personal — El día que me probé el vestido (y el juicio ajeno)

Me invitaron a un matrimonio y dije: “ok, vamos con ese vestido rojo que me encanta”. Me lo puse y altiro mi mente:

“Se te marca el rollito”. “Se nota la celulitis”. “¿Y esa línea en el entrecejo?”. Casi me lo saco.

Pero respiré hondo y me acordé de ese mantra: hoy es mi versión más joven y estupenda. Me miré de nuevo y pensé:

“¿Qué quiero recordar de esta noche dentro de 5 años? ¿Qué me escondí en un saco negro por miedo, o que bailé hasta que me dolieron los pies?”. Elegí lo segundo.

Spoiler: nadie se fijó en mi rollito. Todos estaban ocupados viviendo sus propias vidas. Y yo, por fin, la mía.

Valórate hoy mientras trabajas por lo que quieres (desde el amor)

No es un discurso de “acepta todo y nunca cambies”. Es un recordatorio de orden: primero amor y respeto, luego acción y hábitos.

Aquí te dejo 6 herramientas que a mí me han funcionado para que comiences a valorarte desde hoy mismo:

1- Manifiesto del Espejo (10 acuerdos simples)

  1. Me hablo como le hablo a alguien que amo.
  2. Mi cuerpo es aliado, no enemigo.
  3. Hoy elijo un gesto de cuidado (hidratar, moverme, descansar, nutrirme).
  4. Las comparaciones son ladronas de alegría: si me pillo comparándome, cierro la app y vuelvo a mí.
  5. La foto de hoy puede ser mi “foto perfecta” de mañana, así que la vivo.
  6. Los cambios que busco nacen del amor, no del odio.
  7. Mi valor no cabe en una talla, un número o un filtro.
  8. Elijo ropa que me acompañe, no que me castigue.
  9. Mi cara cuenta mi historia: dejo de pedirle que cuente otra.
  10. Mi tiempo es sagrado: no lo gasto insultándome.

2-Checklist de 2 minutos antes de salir

  • ¿Ya me dije algo amable? (Sí/No)
  • ¿He tomado agua hoy? (Un vaso ahora)
  • ¿Mi ropa me aprieta o me abraza? (Elige abrazo)
  • ¿Qué mini detalle me regalo? (Perfume, aros, lápiz labial, crema)
  • ¿Qué intención llevo al día? (Ej.: «disfrutar mi cuerpo en movimiento»)

3-Protocolo SOS para días “me veo pésimo”

  1. Pausa: mano al pecho, 5 respiraciones profundas.
  2. Nombro lo que siento: “Estoy insegura/inseguro, no soy ‘menos’ por sentirme así”.
  3. Evidencia real: 3 cosas que mi cuerpo me permitió hoy (caminar, abrazar, reír).
  4. Movimiento amable: 10 minutos de estiramientos, caminar, bailar una canción.
  5. Higiene digital: salida exprés de redes por 24 horas si me hacen daño.

4-Limpieza de redes — Tu feed también es dieta

  • Silencia o deja de seguir cuentas que te disparan la comparación.
  • Sigue cuerpos reales, historias honestas, cuentas que hablen de autoestima, aceptación corporal, bienestar mental.
  • Recuerda: las redes muestran highlights, no realidades completas.

5-Hábitos saludables (desde el amor, no desde el castigo)

  • Alimentación consciente: más “¿cómo me hace sentir esto?” y menos “prohibido”.
  • Movimiento con alegría: camina, baila, sube escaleras, yoga, pesas, lo que te guste. El mejor ejercicio es el que haces.
  • Descanso: dormir es renovar el alma (y sí, también ayuda a las ojeras, pero ese es un bonus, no el objetivo principal).
  • Hidratación: tu cuerpo es tu motor, dale agua.
  • Rutina de piel simple: limpiar, hidratar, proteger. Sin guerra, con cariño.

6- ¿Cómo sé si estoy actuando desde amor o desde rechazo?

Desde rechazo: me hablo feo, me castigo, “no como porque me odio”, “voy al gym por que me veo horrible”.

Desde amor: me trato con respeto, elijo lo que me hace bien, celebro pequeños avances, si me caigo no me pateo: me levanto.

Hoy es el mejor día de tu vida

Si algo quiero que recuerdes de este post es esto: no postergues tu vida esperando el cuerpo “perfecto”. Vive ahora.

Vístete lindo/a hoy, sin permiso. Sube esa foto. Baila. Camina por tu barrio con música. Abraza fuerte. Entrena si quieres. Descansa si lo necesitas. Come con conciencia. Bebe agua. Y, sobre todo, háblate como hablarías a alguien que quieres mucho.

De aquí a cinco años vas a mirar fotos de este momento y vas a decir: “¿Cómo no me vi? ¡Si estaba increíble!”. Que ese pensamiento no te llegue tarde. Hoy es el día más joven del resto de tu vida. Haz que valga.

Ahora cuéntame en los comentarios: ¿Qué gesto de amor te vas a regalar hoy? Te leo.

Te abrazo fuerte.

— Lexi 🤍

Si te gusta mi contenido, puedes seguirme en mis redes sociales para no perderte nada …

youtube.com/@HolaSoyLexi↗

tiktok.com/@holasoylexi↗

instagram.com/holasoylexi/↗

Facebook

pinterest.com/Holasoylexiii/↗

Autor

holasoylexia@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *