
¿Cargas con un dolor silencioso? Esto es para ti
¿Cargas con un dolor silencioso?, si es así quédate en este post …
Los silencios que nadie escucha
Hay cosas que no se dicen, no porque no duelan, sino porque duelen demasiado y no sabemos si ese dolor será comprendido por otros.
Dolores que se esconden detrás de una sonrisa, que se disfrazan de productividad, que se entierran bajo la frase: «Estoy bien» aunque estes roto por dentro y no es porque no quieras hablar,
es porque ya aprendiste que no todos escuchan y que muchos no entienden, así es que te tragas el llanto, te levantas de esa cama,
cada mañana, te vistes de entereza y sales al mundo como si todo estuviera en orden, aunque por dentro estes en guerra.
Este post no es para darte una solución mágica, es más bien para abrazarte en tu dolor y para decirte que yo también sé lo que es sentirse así y no tener a nadie en quien apoyarse,
y quiero ayudarte de alguna manera a que de apoco comiences a liberar aquello que te pesa y que cargas en silencio.
Los dolores invisibles pesan demasiado
¿Cuántas veces te dormiste con un nudo en la garganta?, ¿Cuantas veces te secaste las lágrimas antes que alguien entrara a tu habitación?
¿Cuántas veces sonreíste en una reunión de amigos, mientras por dentro solo querías desaparecer?
El dolor no siempre grita, a veces se calla para no incomodar, para no parecer débil, para no dar explicaciones, que ya sabes que nadie entenderá y ese silencio duele más que el llanto.
Hay días que te pesan más que otros, días en que salir de la cama es una completa hazaña, días en los que lavarte la cara, responder un mensaje o simplemente respirar se vuelve todo un desafío y aun así lo haces,
te levantas, te duchas, te peinas, vas al trabajo o a la escuela, cuidas a los tuyos, ayudas a los demás, mientras que por dentro estas intentando con todas tus fuerzas no derrumbarte
y nadie lo nota, porque eres el fuerte, el que puede con todo, el que nunca se quiebra.
Estas rodeado de gente, pero te sientes completamente solo, hablas con todos, pero nadie te pregunta en serio como estas, te ves tan funcional, tan activo, tan «normal», que ni se imaginan la tormenta que cargas
y tú tampoco dices nada, porque ya te cansaste de que te digan «vas a estar bien», de que minimicen lo que sientes, de que te comparen con problemas ajenos, entonces te los guardas.
Consejos para aliviar el alma en silencio
1- Escribe lo que no puedes decir :
Muchas veces lo que no se puede expresar con palabras se convierte en ansiedad, escribir es una forma de liberar sin pedir permiso y sin recriminaciones,
sin filtros y sin juicios, deja que tu dolor tenga voz, aunque sea en un papel, veras lo bien que se siente cuando arrojas toda esa carga en esas líneas …
2- Permitete no estar bien :
No tienes que ser fuerte todos los días, permítete llorar, sentir, hacer pausas en tu vida, eso también es cuidarte y entender que cada emoción es válida.
3- Elige una cosa que te alivie (aunque sea mínima)
Una canción, un paseo al aire libre, un té caliente, una ducha larga, a veces lo pequeño sostiene lo inmenso.
4- Lo que cargas no te define:
Tu dolor forma parte de tu historia, pero no eres solo eso, eres mucho más, eres el que sigue adelante, el que lucha cada día, el que no se rinde y eso es muy importante que lo sepas y jamás lo olvides.
No sigas callando lo que te rompe
No es necesario contarlo todo, pero si es necesario que no lo sigas escondiendo de ti mismo, el dolor necesita espacio, necesita aire, porque si lo sigues guardando, te vas apagando sin darte cuenta,
empieza por reconocerlo, nombrarlo, sentirlo sin culpa y un día vas a notar que todo ese peso se vuelve un poco más liviano, que la herida ya no sangra igual, que tu voz también merece un gran lugar en tu vida.
El corazón también necesita descanso
No estás solo o sola en esto, no eres el único que sonríe roto por dentro, no eres débil por sentir tanto, no eres exagerado por no poder con todo, eres humano y estamos en este mundo haciendo lo mejor que podemos, créeme.
Así es que no te exijas perfección, no te juzgues por sentir y no minimices tus propios dolores solo porque aprendiste a disimularlos bien.
Lo que callas no desaparece, solo encuentra otra forma de doler, hoy regálate al menos una cosa: El permiso de ser sincero contigo mismo.
Hasta las próxima mis queridos lectores.
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